Las Expectativas

Durante toda nuestra vida tenemos momentos donde estamos esperando algo que ocurrirá a corto/medio plazo, y se generan de forma involuntaria expectativas en torno a ello.

En función del tipo de expectativas que se generen, estaremos esperando más un tipo de resolución en concreto. Cuando esa resolución se aleja de la realidad, o lo estamos exagerando, yo lo llamo: hiperexpectativas.

Lo de hiper es porque soy una moderna y me encanta inventarme palabros, pero viene a decir expectativas algo extremas, tanto positivas como negativas.

¿Qué expectativas son hiper?

Las basadas en una situación cuyas probabilidades de verse realizada son bajas, motivadas por profundos deseos o temores, se convierten en nuestra visión del futuro, provocando mucha frustración al comprobar que no es así.

Expectativas hiperpositivas:

Son aquellas basadas en los deseos, en frustración por circunstancias actuales, y que sirven para pensar que “todo cambiará por completo e irá todo a mejor”.

Por ejemplo: alguien encuentra un nuevo empleo, piensa que todo va a ser mucho mejor que en el antiguo, es más, piensa que va a ser “perfecto”. Lo que hace es convertir sus mayores deseos en sus expectativas, porque necesita pensar que va a salir bien para seguir con su vida y estar seguro de que ha tomado la decisión correcta.

Segundo ejemplo: María conoció a un hombre en circunstancias que no vienen a cuento, y empezaron a quedar. Desde el principio ella se mostró ilusionada, y aunque no lo mostraba, se sorprendía a si misma incluso haciendo planes mentales de futuro con esa nueva situación. Lo que le pasó a María es que deseaba tanto ser feliz con un hombre, que sus profundos deseos se convirtieron en sus expectativas. Llegado el momento de darse cuenta que las expectativas no coincidían con la realidad, se encontró con dos caminos: el de aceptar la realidad, asumir la frustración, y tomar decisiones basadas en las circunstancias reales; o por el contrario, obviar la realidad, alimentar esas expectativas, ahora alargadas en el tiempo, y convertidas en fantasías, engañarse a sí misma, y hacerse mucho daño durante todo el proceso, valorándo más una fantasía inexistente que a sí misma.

¿Y que son las expectativas hipernegativas?

Pues a pesar de ser el extremo opuesto, no dejan de ser más peligrosas, pues se basan en los miedos de uno mismo o en uno mismo. Significa que te creas unas expectativas sobre una situación que tienden a la negatividad, debido a miedos que rozan lo patológico y que nos impiden ser realistas. Al tener ese punto de vista tan negativo, se llega a un punto tal de desmotivación, frustración (en éste caso por adelantado) y desesperación, que convierte el camino hacia esa situación en un camino duro, complicado, donde, o te acabas dando por vencido, o después de todo te das cuenta que tampoco tenía que darse esa situación tan negativa, pero tampoco valoras lo suficiente lo logrado porque durante el camino, ha sido un suplicio.

Por ejemplo: Tienes un examen, sabes que es dificil, no estás seguro de ti mismo (que puede ser por mil tipos diferentes de razones que no vamos a estudiar aquí ahora) y piensas que lo vas a suspender, pero tienes que intentarlo. Durante el proceso, el estudio se vuelve una tortura y o no consigues estudiartelo todo o te lleva mucho mas tiempo del que debería. Llega el examen, apruebas o incluso sacas nota. Te alegras, pero no mucho, porque el camino ha sido una auténtica tortura por tus propias expectativas negativas.

A mi me parece que es un caso muy típico de las entrevistas de trabajo, con un NO por delante. Una de las consecuencias más negativas es que muchas personas no buscan trabajo con tanto ahínco por las expectativas negativas que se generan. Al final consiguen trabajo, pero tarde, y después de mucho auto-torturarse. Innecesario.

Conclusiones:

Las expectativas nos ayudan a prepararnos ante ciertas situaciones, y es imposible evitarlas. Lo que sí es posible, es intentar pensar con calma sobre ellas y ser honestos, realistas! A la hora de ver que puede pasar en el futuro.

Lo malo de que no coincidan las expectativas y la realidad, es que al final nunca estamos preparados para lo que se viene encima, sea bueno o malo. Si es malo, nos damos una leche contra el muro que nos deja K.O. por un tiempo. Si es bueno, no disfrutamos de la experiencia porque no veníamos motivados de casa, asi que, por mucho que nos esforcemos, lo disfrutamos a medias.

Un truquito que me ha ayudado a veces, es intentar considerar absolutamente todas las opciones posibles. Si ves que te está costando demasiado, haz lo que se llama en inglés “Brainstorming”, o lo que viene siendo en español “Tormenta de Ideas”, que consiste en apuntar en un papel y sin orden todos los “posibles finales” de la historia. Si todavía te quedan ganas, puedes hacer una lista con todas esas opciones ordenadas por probabilidad de que puedan suceder. Ante todo, se honesto contigo mismo, y respétate.

¿Os veís reconocidos en algún caso? ¿Habéis alguna vez idealizado una relación, un trabajo, o un proyecto? ¿Habéis sido alguna vez tan pesimistas que os habéis automaltratado de cara a un examen, una presentación, o simplemente una entrevista de trabajo?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ay, querida Soledad!

Tenerife

Aguas de mayo