Ay, querida Soledad!
Una palabra con poder, llena de matices, de pasado y de futuro. El ser humano es sociable por naturaleza, se hace fuerte con la compañia pues así se protege del peligro y se ayudan entre sí. Eso da una idea de porque la vida social es tan importante para las personas, de porque nos obesionamos tanto con estar rodeados de gente.
Y las redes sociales, que es como una competición de un nuevo ego social, a ver quien tiene mas "Like"y mas amigos. Quien pone fotos mas guays... y un largo etcétera.
Sin embargo, cada vez se está perdiendo más el autoconocimiento, la soledad como forma de introspección en nosotros mismos. Nadie ha dicho que seá fácil, pero es un viaje que aporta mucho, aunque a veces puede llegar a ser doloroso.
Hay personas que sufren, que llevan vidas normales, y no tienen grandes problemas reales, pero que aún sufren. Sufren y no saben porqué, no se han dado la oportunidad de conocerse a sí mismos, porque tienen miedo. Miedo de sí mismos.
Sin embargo, el tiempo a solas con uno mismo es sin duda la mejor medicina, mas efectiva que cualquier terapia. Sin prejuicios, sin miedo, y con lo que yo llamo métodos de introspección. Escribir es una grandiosa terapia para sacar nuestros recuerdos mas terribles, los sentimientos asociados a ellos, y asi sacar por supuesto el sufrimiento que ello nos causa. Sufrir, es doloroso, pero más doloroso es ver como la sociedad sigue actuándo como si estas cosas no pasaran, o no fueran naturales. Pues no, el sufrimiento, incluso en forma de lágrimas, ayuda a las personas a crecer y ser fuertes. Y nadie debería sentirse avergonzado por sufrir o haber sufrido, pues ello nos hace mas humanos.
Y ahí nos encontramos el segundo muro. Si el primero es el miedo, el segundo es la verguenza, muy bien acompañada de incomprensión. Y es normal, en realidad, aunque no debería serlo, pues si me dieran un euro por cada vez que he contado alguna de mis experiencias, o un trozo de mi vida, a alguien que consideraba un amigo, y me han mirado con cara de bicho raro, hoy en día sería, queridos lectores, millonaria.
Y es que junto con los estereotipos que nos manda la sociedad, está la incapacidad para sentir, empatizar. El ser humano es incluso mas emocional que social, y la sabiduría no crece con los selfies.
Volviendo al tema de la soledad, antes de que me vaya demasiado por las ramas, me gustaría que aquellos que me lean, intenten acercarse un poco a si mismos, pues muchas veces, la soledad que sentimos, no es el vacío que otros dejan en nosotros al marcharse, o al no estar, sino el que dejamos nosotros en nuestro interior. Esa ausencia es terrible, y ningun cacharrito brillante ni los mejores selfies del mundo podrán darte algo que tu mismo te estás negando.
A menudo me siento una persona privilegiada, en cuanto a ciertas cosas emocionales. En otras cosas soy un desastre, pero la vida me ha dado la oportunidad de sufrir y me ha dado las herramientas para defenderme de ello. Siempre he tenido un contacto muy cercano con mi interior desde que soy joven, aunque no siempre ha sido pacífico. A veces tenía auténticos monstruos, que no eran más que el reflejo de sentimientos que no alcanzaba a poner nombre. Ay las palabras, le dan sentido a las cosas, ayudan a entender lo que nos ocurre. Escribid amigos mios, escribid. Pensad, sentid, dejaros llevar...
Como un niño que intenta descubrir como funcionan sus juguetes, pues algo así era mi comportamiento con mis emociones. Pensaba en ello, a veces simplemente tumbada en la cama mirando al techo, en silencio. A veces soñaba con una vida mejor, a veces me ponía a pensar en lo que me dolía tanto... Ver a mi madre sufrir, llorar, o ser incapaz de darnos una vida normal. No tener horarios, no poder llegar nunca pronto al colegio, o que los otros niños me vieran como la rarita. Esas cosas, generan frustración y dolor, sobre todo cuando no sabes de donde viene ese desasosiego. A mi pensar me calmaba, me ayudaba a ver que lo que sentía era sólo una consecuencia de una situación que no dependía de mi. Que no era mi culpa.
Ay, maldita culpa!
No le voy a echar la culpa al catolicismo ésta vez, aunque bien ganada se la tiene. La sociedad no se salva, en medio de todo este mantra de que si uno se esfuerza y se porta bien, entonces la vida le irá bien. Sois mas simples a veces.... Bueno en realidad, no es ni más ni menos que pura herencia de la religión, pero no sólo la católica. Pues te prometen que si eres bueno y confiesas tus pecados Dios cuidará de ti. Sois unos mentirosos, bellacos.
Nos enseñan que llorar está mal, y que los trapos sucios se tienen que quedar en casa, aunque ni siquiera en casa puedas hablar de ello con nadie. Pruebas a ir a misa, confesarte, y contarle al sacerdote de turno, que te duele ver a tu madre sufrir, y que sufres con ella. Te dice que pobrecita de ti y que reces 3 avesmarias. No recuerdo ningun cura que me diera una respuesta, ni siquiera mala. Y yo tenía muchas preguntas.
La culpa, que nos desviamos... tendemos a culpabilizarnos por estupideces enormes, y a veces por situaciones que no dependen de nosotros. O incluso por situaciones que dependan de nosotros. Resulta, señores lectores, que hay algo aún por descubrir por el ser humano: la culpa no sirve para nada, sólo para controlar al ganadito. Si haces algo mal, sólo puedes intentar compensar la situación, pero sentirte culpable no ayuda nunca. El problema, es que se trata de un circulo vicioso, del que es muy dificil salir:
Me siento culpable, asi que sufro, y eso me bloquea, me impide relacionarme de manera sana y natural con el issue, y no puedo reaccionar o hacer las cosas bien. Queridos mios, salid de ahi volando. La vida es puñetera e imprevisible, así lo mejor que puede hacer uno es llevarse bien consigo mismo y así conseguir relacionarse con los demás de manera SANA.
Más de uno no entenderá ni papa de lo que estoy hablando. Pero yo he conocido a muchas personas que sufren y no avanzan por el miedo, la culpa, la verguenza, la incomprensión de los demás. Y por supuesto, por esa intención de "quien sabe quien" de mantenernos ocupados con el facebook, el twitter, el instagram, el DIY, las noticias que parecen importantes y no lo son, las series, los programas basura, y todos esos eventos socio-culturales a los que acudir. Está claro, si tienes tu cabeza ocupada no pensará. Pero no creo que sea un complot de los lobbys, sino una conspiración contra nosotros mismos. Volvemos a lo mismo, tenemos miedo de estar 2 minutos a solas con nosotros mismos asi que nos ocupamos con miles de cosas. Alguien debería ponerle un nombre a éste sindrome, asi entenderíamos lo que nos pasa.
Palabras.
Tienen mucho valor, cuando nos definen.
Querida soledad.
Me has aportado tanto.
No te vayas nunca.
Y las redes sociales, que es como una competición de un nuevo ego social, a ver quien tiene mas "Like"y mas amigos. Quien pone fotos mas guays... y un largo etcétera.
Sin embargo, cada vez se está perdiendo más el autoconocimiento, la soledad como forma de introspección en nosotros mismos. Nadie ha dicho que seá fácil, pero es un viaje que aporta mucho, aunque a veces puede llegar a ser doloroso.
Hay personas que sufren, que llevan vidas normales, y no tienen grandes problemas reales, pero que aún sufren. Sufren y no saben porqué, no se han dado la oportunidad de conocerse a sí mismos, porque tienen miedo. Miedo de sí mismos.
Sin embargo, el tiempo a solas con uno mismo es sin duda la mejor medicina, mas efectiva que cualquier terapia. Sin prejuicios, sin miedo, y con lo que yo llamo métodos de introspección. Escribir es una grandiosa terapia para sacar nuestros recuerdos mas terribles, los sentimientos asociados a ellos, y asi sacar por supuesto el sufrimiento que ello nos causa. Sufrir, es doloroso, pero más doloroso es ver como la sociedad sigue actuándo como si estas cosas no pasaran, o no fueran naturales. Pues no, el sufrimiento, incluso en forma de lágrimas, ayuda a las personas a crecer y ser fuertes. Y nadie debería sentirse avergonzado por sufrir o haber sufrido, pues ello nos hace mas humanos.
Y ahí nos encontramos el segundo muro. Si el primero es el miedo, el segundo es la verguenza, muy bien acompañada de incomprensión. Y es normal, en realidad, aunque no debería serlo, pues si me dieran un euro por cada vez que he contado alguna de mis experiencias, o un trozo de mi vida, a alguien que consideraba un amigo, y me han mirado con cara de bicho raro, hoy en día sería, queridos lectores, millonaria.
Y es que junto con los estereotipos que nos manda la sociedad, está la incapacidad para sentir, empatizar. El ser humano es incluso mas emocional que social, y la sabiduría no crece con los selfies.
Volviendo al tema de la soledad, antes de que me vaya demasiado por las ramas, me gustaría que aquellos que me lean, intenten acercarse un poco a si mismos, pues muchas veces, la soledad que sentimos, no es el vacío que otros dejan en nosotros al marcharse, o al no estar, sino el que dejamos nosotros en nuestro interior. Esa ausencia es terrible, y ningun cacharrito brillante ni los mejores selfies del mundo podrán darte algo que tu mismo te estás negando.
A menudo me siento una persona privilegiada, en cuanto a ciertas cosas emocionales. En otras cosas soy un desastre, pero la vida me ha dado la oportunidad de sufrir y me ha dado las herramientas para defenderme de ello. Siempre he tenido un contacto muy cercano con mi interior desde que soy joven, aunque no siempre ha sido pacífico. A veces tenía auténticos monstruos, que no eran más que el reflejo de sentimientos que no alcanzaba a poner nombre. Ay las palabras, le dan sentido a las cosas, ayudan a entender lo que nos ocurre. Escribid amigos mios, escribid. Pensad, sentid, dejaros llevar...
Como un niño que intenta descubrir como funcionan sus juguetes, pues algo así era mi comportamiento con mis emociones. Pensaba en ello, a veces simplemente tumbada en la cama mirando al techo, en silencio. A veces soñaba con una vida mejor, a veces me ponía a pensar en lo que me dolía tanto... Ver a mi madre sufrir, llorar, o ser incapaz de darnos una vida normal. No tener horarios, no poder llegar nunca pronto al colegio, o que los otros niños me vieran como la rarita. Esas cosas, generan frustración y dolor, sobre todo cuando no sabes de donde viene ese desasosiego. A mi pensar me calmaba, me ayudaba a ver que lo que sentía era sólo una consecuencia de una situación que no dependía de mi. Que no era mi culpa.
Ay, maldita culpa!
No le voy a echar la culpa al catolicismo ésta vez, aunque bien ganada se la tiene. La sociedad no se salva, en medio de todo este mantra de que si uno se esfuerza y se porta bien, entonces la vida le irá bien. Sois mas simples a veces.... Bueno en realidad, no es ni más ni menos que pura herencia de la religión, pero no sólo la católica. Pues te prometen que si eres bueno y confiesas tus pecados Dios cuidará de ti. Sois unos mentirosos, bellacos.
Nos enseñan que llorar está mal, y que los trapos sucios se tienen que quedar en casa, aunque ni siquiera en casa puedas hablar de ello con nadie. Pruebas a ir a misa, confesarte, y contarle al sacerdote de turno, que te duele ver a tu madre sufrir, y que sufres con ella. Te dice que pobrecita de ti y que reces 3 avesmarias. No recuerdo ningun cura que me diera una respuesta, ni siquiera mala. Y yo tenía muchas preguntas.
La culpa, que nos desviamos... tendemos a culpabilizarnos por estupideces enormes, y a veces por situaciones que no dependen de nosotros. O incluso por situaciones que dependan de nosotros. Resulta, señores lectores, que hay algo aún por descubrir por el ser humano: la culpa no sirve para nada, sólo para controlar al ganadito. Si haces algo mal, sólo puedes intentar compensar la situación, pero sentirte culpable no ayuda nunca. El problema, es que se trata de un circulo vicioso, del que es muy dificil salir:
Me siento culpable, asi que sufro, y eso me bloquea, me impide relacionarme de manera sana y natural con el issue, y no puedo reaccionar o hacer las cosas bien. Queridos mios, salid de ahi volando. La vida es puñetera e imprevisible, así lo mejor que puede hacer uno es llevarse bien consigo mismo y así conseguir relacionarse con los demás de manera SANA.
Más de uno no entenderá ni papa de lo que estoy hablando. Pero yo he conocido a muchas personas que sufren y no avanzan por el miedo, la culpa, la verguenza, la incomprensión de los demás. Y por supuesto, por esa intención de "quien sabe quien" de mantenernos ocupados con el facebook, el twitter, el instagram, el DIY, las noticias que parecen importantes y no lo son, las series, los programas basura, y todos esos eventos socio-culturales a los que acudir. Está claro, si tienes tu cabeza ocupada no pensará. Pero no creo que sea un complot de los lobbys, sino una conspiración contra nosotros mismos. Volvemos a lo mismo, tenemos miedo de estar 2 minutos a solas con nosotros mismos asi que nos ocupamos con miles de cosas. Alguien debería ponerle un nombre a éste sindrome, asi entenderíamos lo que nos pasa.
Palabras.
Tienen mucho valor, cuando nos definen.
Querida soledad.
Me has aportado tanto.
No te vayas nunca.
Qué madurez!!! si ahora ya eres así, cuando tengas 60 años serás dueña de una sabiduría y una lucidez que te acompañarán en los momentos más difíciles. No pares de crecer...un beso muy cariñoso.
ResponderEliminarEres una persona especial y un ejemplo de madurez y sabiduría.
ResponderEliminarTe quiero
wow!!!!!!! Bonitas palabras cariño
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