Detmold
Detmold. Tranquila y hermosa ciudad, donde nunca ocurre nada, donde todo permanece siempre en su lugar.
Una pequeña ciudad, donde después de unos meses, queda poco por descubrir... o no?
Cuando acabas por conocer el entorno en el que vives, las calles principales, las calles secundarias, los restaurantes, los baratos y los caros, las tiendas, las baratas y las caras, y la gente... Detmold se puede convertir un poco aburrido, o en mundo nuevo, pero sólo si eres capaz de cambiar el ángulo de visión.
Desde mi balcón, permanece la misma vista que cuándo me senté aquí por primera vez hace un par de meses como mucho. Antes, había hecho demasiado frío, y teníamos el balcón prácticamente de trastero.
Esa vista permanece fija, excepto por las ramas de un precioso árbol que asoma por encima de la valla del balcón. Tan verde, con tanta vida, con tanto movimiento debido a las inconstantes ráfagas de un suave aire fresco que crea un clima perfecto en combinación con 18ºC de temperatura ambiental. Es perfecto.
Las casas que se ven desde aquí, permanecen exactamente iguales que hace dos meses, que hace un mes, que hace una semana. Como debe ser, todo sigue en su lugar, nada cambia, sólo yo, y el color de las hojas de los árboles.
Detmold tiene un gran poder, si sabes aprovecharlo. Ésta hermosa ciudad nos brinda la oportunidad de apreciar pequeñas cosas a nuestro alrededor, puesto que ya conocemos todo lo demás. Las hojas de un árbol que se mueven. La vista de la ciudad desde un precioso campo verde detrás de un frondoso bosque a 15 minutos andando desde casa.
Es una belleza plena, es plena naturaleza en constante movimiento que contrasta con la imagen fija de las preciosas casa de 3 plantas del centro de la ciudad.
Solía fijarme en éstas cosas sólo cuando viajaba. Ahora una renovada parte de mi me está brindando la oportunidad de apreciarlo aquí, en Detmold, y desde mi balcón.
No sabría decir exactamente cuál es la diferencia en mi, entre ahora y antes. Sólo sé, que ahora disfruto mucho más, de éstas pequeñas cosas.
Soy consciente, de que Detmold no es perfecto, ni para todo, ni para todos, pero de lo que estoy segura, es de que me está dando muchas nuevas visiones de la vida, y nuevas formas de disfrutarla.
Muchas gracias Detmold, es uno de los mayores regalos que la vida me ha dado.
PD: Que pena que se haya puesto a chispear, menos mal que ya he terminado ;)
Vista desde el balcón. A la derecha el árbol cuyas hojas se
mueven tranquilas y agitadas al mismo tiempo.
Una perfecta y preciosa margarita, posa para mi al borde de un camino,
no se la nota apenas, rodeada de sus amigas, pero a mi me ha llamado la atención.
Preciosa margarita, única y especial. No te preocupes si no destacas, yo sé lo que vales.
Completamente relajada, rodeada de plena naturaleza, junto a un riachuelo,
un paisaje precioso que me llena de tranquilidad, paz y felicidad. Me hace sentirme increible,
hasta permitirme posar para una foto espontánea ;)
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