Las críticas

Independientemente de la connotación positiva o negativa que puedan tener, hoy voy a ponerlas en la lupa y voy a analizar para todos vosotros qué son y para qué sirven, entre otras cosas.

Una crítica es un juicio de valor que se hace en voz alta hacia un objeto de cualquier tipo, ya sean objetos inanimados, animales, plantas, arte o personas. Normalmente el objetivo mas común de crítica son las personas y lo relacionado con ellas (su arte, su trabajo, sus relaciones sociales, sus relaciones personales, su personalidad, sus decisiones, etc).

Evidentemente hay varios tipos de críticas:

Positivas o negativas: Aquellas donde el juicio de valor se realiza para realzar un aspecto positivo del objeto criticado en el primer caso, o uno negativo en el segundo.

Constructivas: Aquellas que son realizadas, normalmente hacia personas y los productos que crean, con la finalidad de ayudar a mejorarles como persona o mejorar sus productos.

Destructivas: Son aquellas realizadas, normalmente sin argumentos que apoyen la crítica, y sin acompañar recomendaciones. Son las que yo llamo “Críticas para hacer daño”. Tienen como origen motivos inapropiados como la envidia o la frustración, e intentan mermar el carácter de la persona que las recibe.

La diferencia principal entre las críticas constructivas y las críticas destructivas son:

Que las constructivas llevan consigo una serie de argumentos y puntos de vista que puedan sorprender al receptor y ayudarle a mejorar, y las destructivas no.

Que las destructivas tienen tendencia simplemente a herir, y las constructivas a ayudar.

Y luego tenemos otros tipos de críticas, mas específicas diría yo, como los “prejuicios” que no son críticas como tal, porque en general no se realizan en voz alta, pero condicionan la forma en que una persona es tratada.

También están los “intentos de crítica constructiva” que acaban siendo destructivas por ser erróneas o inargumentadas, las que creo que son las más comunes y pueden llegar a ser realmente hirientes. Se da mucho en el caso de juicios de valor realizados sin considerar el contexto, como por ejemplo, una obra de arte moderno enjuiciada desde el punto de vista del arte clásico. Existe una expresión para las diferencias culturales, que dice que “no se debe juzgar otra cultura desde el prisma de la propia, pues da lugar a juicios de valor erróneos”.

Y no menos importantes, las opiniones subjetivas convertidas en críticas. Si es una opinión subjetiva no es una crítica, y no debe enunciarse por tanto com tal.

Dejando de lado el tema de la clasificación, que puede ser interesante pero sólo hasta un límite, pasemos a el punto de como realizar una crítica constructiva, ya sea positiva o negativa.

Lo primero es escuchar. En este mundo que vivimos, la habilidad de escuchar es una de las mas apreciadas por los receptores, y menos consideradas por los emisores. ¿Cómo es eso posible? Pues muy sencillo: nos encanta que nos escuchen y nos presten la atención que nos merecemos, pero somos menos considerados a la hora de hacer lo propio cuando nos llega nuestro turno. Antes de hacer una crítica constructiva, es importante conocer, y la herramienta para tal fin, es escuchar.

Si el comunicador no es lo suficiente claro con su explicación, siempre existe la herramienta extra de “preguntar”. Parecerá una tontería, pero a veces preguntar es la manera mas directa de conocer “the missed details”, o dicho de otra manera, aquellos detalles que el emisor pasa por alto.

Aparte de escuchar existe otra parte muy importante, llamada “empatía”. La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, considerando también las circunstancias que le rodean. Y ahí yace en mi opinión la dificultad real, y de donde salen críticas erróneas, mal enunciadas, o como decíamos antes, opiniones subjetivas enunciadas como críticas.

La siguiente fase sería “enunciado de la crítica”, la cual es ciertamente delicada a su manera. Una crítica constructiva debe ser argumentada, debe además dar a entender que se tiene en cuenta el contexto, y sobre todo se debe tender a dar al menos una posible solución.

Uno de los errores más comunes, es la falta de empatía seguida por una solución inútil o poco práctica, o una solución útil mas expresada. Por ejemplo, una persona decide tomar una decisión o una solución, y recibe críticas al respecto. El problema es cuando aquellos quienes han realizado la críticado no se han imaginado en la situación del sujeto y ni siquiera han pensado que harían ellos en su lugar. A lo mejor se da el caso de que entendiendo el contexto y las razones, esa persona no está tan equivocada. A lo mejor el crítico ni siquiera puede imaginarse esa situación, y es entonces cuando está metiendo la pata soberanamente haciendo una crítica injusta.

He oído también infinidad de veces la frase de “no debería preocuparte lo que piensan los demás”. Pero no me parece un estilo de vida certero, debido a que la opinión de los demas puede llegar a ser realmente constructiva, y la dificultad como receptor reside en saber que tipo de críticas deben ser tenidas en cuenta y cuáles no. Y no es tarea fácil, puesto que la mayoría de las críticas constructivas están mal enfocadas o enunciadas y pueden llegar a ser tan hirientes como las destructivas.

¿Que pensáis vosotros? ¿Habeis sido objeto de críticas erróneas? ¿Cómo habéis reaccionado ante ellas? ¿Que crítica ha sido la más hiriente de las que habéis recibido? ¿Qué es lo que más os molesta a la hora de recibir críticas?

Espero que este post os aporte algo a la hora de afrontar las críticas y entenderlas, ha sido un placer como siempre.

Alesha

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